jueves, 17 de mayo de 2018

no podía ser

No sé si lo he comentado alguna vez... De crío no soportaba la radio. No es que la odiara en plan... odiar, pero digamos que era de los que le sacaba de quicio que la radio estuviera puesta y no me hicieran caso a mí completamente. "Quita esa radio", "habiendo tele, para qué la radio", "en esa radio no callan nunca", y decenas de frases de este estilo salían de mi boca. 

La primera enseñanza de todo esto es que no se puede decir "de este agua no beberé". Tanto meterme de crío con la radio... y mira. Aquí estoy pasando el rato escribiendo sobre ella. La segunda enseñanza es que nuestra memoria auditiva puede ser más poderosa de lo que pensamos. 

No lo digo por esas sintonías, indicativos o jingles que escuchábamos de pequeños. No hablo de esas músicas que siempre me gusta traer al blog por eso de lo que evoca o deja de evocar. Lo digo por esas cosas que están en la memoria, que quizá uno ha escuchado, reconocido, almacenado... pero no sabría reproducir por sí solo. 

Sin embargo, de repente, un día, buscando en una grabación que había conseguido no me acuerdo muy bien cómo, abro el documento y... Radiochip 24:



Es que resulta que cuando oí esto, antes del indicativo del "24 Horas", me quedé petrificado. Es de 1989 la grabación. Porque resulta que me sonaba. No podía ser. ¿Cómo es eso? ¿Pero acaso se ponía eso en mi casa? No lo sé.

Simplemente tengo la sensación que desde aquella época hasta ahora nunca jamás mis oídos habían escuchado esa... ¿fanfarria es correcto llamarlo a eso?

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