martes, 22 de mayo de 2018

a la radio se le cruzaban los cables (y 2)

Decía en la anterior entrada que en aquel 1988, con esos programas de llamadas telefónicas tan de moda, el hecho de que hubiera líos de líneas hacía que en la radio pudiera salir casi cualquier cosa: conversaciones entre particulares, que si llamaban al 091 y les sale el tiempo, que si tenían a veces que esperar 10 minutos para conectar con emisoras principales... 

Aquel reportaje del que hablaba de 1988, en El País y escrito por Pilar Fdez. Pallarés, tenía más anecdotario. Por ejemplo, hablaba Alfonso Sánchez -sí, él, el que se la sudaba el modelo de Onda Madrid años depués- y por entonces director de "Los deportes", de Radio España de Madrid, sobre una paradoja:

"Resulta curioso, pero se oyen mejor las comunicaciones telefónicas con Seúl, lugar con el que hablamos a diario con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos, que cuando un oyente nos llama desde Alcorcón, un pueblo tan cercano a Madrid". "El principal problema que tenemos es el sonido, las líneas son bastante sucias, hay ruidos, interferencias, cruces, no hay nitidez. Sin embargo, en las llamadas internacionales el sonido es casi perfecto. "Además, choca que en el transcurso de nuestro programa, de ocho a nueve de la tarde, sea dificil comunicar con Sevilla por saturación de líneas. Falla la infraestuctura".


Está visto que comunicar con Sevilla siempre era un problema. Pero ojo a lo que contaba Anselm Roig, que era productor de "La Bisagra" de RNE. En ese programa se hablaba de un tema y los oyentes intervenían para comentar qué les parecía todo. Roig decía: 

"Tenemos problemas a menudo, las líneas no funcionan, son de muy mala calidad. Tenemos, como en casi todas las emisoras, un sistema, que consiste en anotar el teléfono de la gente que llama, y para que no paguen ellos marcamos nosotros. Pues bien, cuando vamos a llamarles, es prácticamente imposible, porque o bien no hay línea o salta el número". "Hay que armarse de paciencia". A los cruces de líneas se unen los ruiditos, los pitidos, los timbres. "El oyente quizá no valore la mala calidad del sonido porque en realidad lo que le preocupa es el contenido, pero los que hacemos el programa lo pasamos muy mal. A los oyentes, que son nuestros mejores invitados, les hacemos reflexionar sobre el tema de debate, les ofrecemos argumentos en su contra para que se produzca el chispazo, y claro, cuando no les oyes, cuando casi tienes que adivinar lo que están diciendo, el trabajo se hace muy difícil".

Ay... Nunca pude ser oyente de aquella "Bisagra" de Sardá. Sí de "La Ventana", por supuesto, Y por supuesto, también del "Crónicas Marcianas", ya en la tele. Si el radiochip de la otra entrada iba de un "cruce telefónico" entre dos pizzerías... Ahora este mola más. También en el "Si Amanece..." de la SER, Acedo puso "en contacto" a dos programas de tele: "Crónicas..." y "La Sonrisa del Pelícano". En plena guerra. ¡Toma ya! Aquel cruce de líneas -intencionado- es este radiochip del pelícano marciano: 



Madre mía... cuánto morbo ahí. Para que luego alguien diga que no había tensión entre programas... "Me estás vacilando", le dice a la otra. La otra flipando. "Bueno, suerte" se despedían.... ¡Sí, claro! 

1 comentario:

  1. Curiosísimas estas dos entradas. Parece mentira que hace 30 años las comunicaciones estuvieran tan mal, cuando en este país, desde el año 2000, más o menos, ya se empezó a popularizar el móvil.

    Claro que me pongo a pensar y en el año 88 mis abuelos, por un lado, llevaban pocos años con teléfono y, por el otro, ni siquiera tenían teléfono aún.

    Y parece mentira, tanta tecnología después, que en la radio sigan sonando tan mal los móviles.

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