sábado, 30 de enero de 2010

haciendo "es amor" con su padre

No sé si me ha quedado un título muy conseguido, pero bueno. Si hace un tiempo me dicen que voy a dedicar una entrada al programa de Ayanta Barili diría que por ahí han estado fumando algo que no es tabaco. Pero mira, la radio tiene esto, que las cosas más curiosas pasan.

La cadena esRadio nació con la barata intención de no hacer mucho caso a los deportes. En plan "renunciamos a eso que no es lo que más le interesa a nuestro público". Después han ido incorporando cosas de deportes con la excusa de "no, es que claro, nuestras emisoras asociadas querían un producto bla, bla, bla, no sé cómo). Pero la cuestión es que se ha mantenido en las noches de entresemana el programa de Ayanta "Es Amor", que es un programa de estos de cartas, de noche, de voz femenina, de cosas de amor y tal... Además, el programa al principio iba a ser simplemente la opción de las generalistas alternativa al deporte, pero como Gabriel Albiac al mes pegó la espantada, pues ahora han alargado el programa bastante, hasta las 3. De una sección en "La Mañana" a un programa nocturno diario. No está mal el salto.

Pelín brusco lo de que después del programa de César Vidal venga un programa en plan "femenino", así de golpe. Bueno, lo mismo pasa después del Larguero. Así que no debería sorprenderme tanto.

Pero volviendo al nombre de la entrada... El otro día estuvo en "Es Amor" el padre de Ayanta. Lo cual sería ya un punto. Hacer un programa de amor con el padre al lado, pues ya es una cosa curiosa. Pero esto se multiplica por n cuando resulta que tu padre es Sánchez Dragó, que como no tiene labia ni nada, pues anda que no luce en un programa. Así que Dragó e hija hablaron de amor (y de mil cosas más, por supuesto, de gatos también) en el programa.

Si quieres escuchar este largo programa, pues pincha en el radiochip paternofilial, que te puedes morir porque son sus dos horicas, así que te puedes morir escuchándolo entero. Si quitamos las canciones, pues no se hace tan largo. Un pelín comparable con Avatar, que sí, es largo, pero no está mal. Ahora, una cosa sí pienso: que la gracia de este programa estaba en Sánchez Dragó. Más de un ratito pequeño de escuchar cosas de estas de amor empalagan a cualquiera. Radio Fémina, señora.

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